Las comunidades de Cañas, Bagaces, Liberia y el aeropuerto internacional Daniel Oduber enfrentan el flagelo que representa el crecimiento desmedido de la población de zanates, cuyo nombre científico es Quiscalus Mexicanus.
Como una forma de disminuir la proliferación de estas aves que al atardecer llegan a las arboleadas para pernoctar, produciendo ruido y mucha suciedad, con sus desechos, e incluso poniendo el peligro el vuelo de los aviones en el aeropuerto de Liberia, se recurriría a la utilización de aves rapaces.
Gustavo Rodríguez González, responsable de este proyecto ecológico dijo que el uso sostenible de aves rapaces para el manejo de la población de zanates, apunta a tratar de disminuir paulatinamente la población de los machos que tienen coloraciones negras azuladas, y hembras, que son de color café.
Al ser las rapaces un enemigo natural de los zanates se busca, mediante un adiestramiento profesional, que actúen dispersándolas hacia otros sitios donde no provoque peligro.
Esta forma de control natural la llevan a cabo adiestradores profesionales bajo la supervisión de expertos ambientalistas del Sistema Nacional de Áreas de Conservación SINAC y el Servicio Nacional de Sanidad Animal SENASA y se deberán cumplir normas de ambas instituciones para poder realizarlo.
Rodríguez señaló que es importante que la población entienda que las rapaces son animales salvajes y que se deben de manejar con muchísimo cuidado. Son controladores naturales que debemos mantener libres, para que cumplan con su función natural y de ninguna manera debe mantenérselas como mascotas.
¿Por qué es una plaga?
Las razones para considerar que la sobre población de zanates es una plaga que afecta a algunas ciudades, están contenidas en un estudio del biólogo Juan Diego Alfaro, egresado de la UNA, según el cual en la década de los 90 en el parque central de Cañas se contabilizaban hasta 8.000 zanates por hectárea.
La presencia de miles de zanates en los parques provoca afectaciones que tienen que ver con la salud, el ambiente, la estética e incluso de carácter económico, por la sencilla razón de que las personas evitan transitar por los lugares donde se concentran estas aves.
En materia de salud, las excretas constituyen un problema puesto que pueden transmitir el virus de la salmonella y el de New Castle a los humanos.
Si quiere obtener mayor información sobre este proyecto comuníquese con Gustavo Rodríguez González al teléfono 2669-1621, o bien por el E-mail: [email protected]