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Una nueva campaña política

El Tribunal Supremo de Elecciones TSE autorizó de manera oficial el inicio de la campaña electoral, con miras a definir cuál será el partido que gane el derecho de dirigir los destinos del país en el período 2014-2018.

Es evidente que el panorama político de nuestro país de cara a las próximas elecciones es muy diferente al que reinaba hace varias décadas, donde prevalecía un sistema bipartidista y los partidos minoritarios eran tan débiles que solo les permitía aspiran a obtener unas pocas curules en la Asamblea Legislativa.

Se diferenciaban las campañas políticas de antaño de las actuales en cuanto a la participación de los ciudadanos, que con mucho orgullo colocaban la bandera de su partido en el techo de sus hogares, asistían casi con devoción a las plazas públicas y participaban en las caravanas de automóviles, actividades en las que era evidente el entusiasmo por demostrar casi en forma fervorosa la simpatía por determinado partido o candidato.

Hoy los signos de la participación de los ciudadanos en la campaña política y la obligación que deberán cumplir en febrero del 2014 están marcados por la apatía, la frustración y el desencanto, que sumados constituyen quizá la mayor fuerza política que denominamos abstencionismo y que ya se la deseara alguno de los 13 candidatos que participan en la contienda electoral.

Otro elemento que posiblemente aflore en las próximas elecciones es que ninguno de los candidatos obtenga el porcentaje establecido y se tenga que ir a una segunda elección, situación que no es ajena y se presentó cuando debieron enfrentarse los candidatos Rolando Araya y Abel Pacheco quien a la postre obtuvo el triunfo.

 

En cuanto a la lucha de los ciudadanos por llegar a Cuesta de Moras, la situación también se presenta compleja debido a la gran cantidad de aspirantes inscritos, lo que motivó al Tribunal Supremo de Elecciones a determinar que para las próximas elecciones de febrero las papeletas para diputados no tendrán el nombre de los candidatos y al votante no le quedará otra alternativa que consultar un cartel con la lista de candidatos de cada partido, que se colocará fuera de la junta receptora o informarse previamente por los anuncios que se publiquen en medios de comunicación o en la web, visitando el sitio oficial del TSE.

A diferencia de los electores del pasado, hoy el ciudadano es más critico, más proclive a denunciar y a manifestarse sobre cualquier tema, gracias al revolucionario canal de comunicación denominado Internet y a las no menos revolucionarias redes sociales, que han hecho de cada ciudadano un periodista, un fotógrafo y crítico o adulador implacable, que no le teme al anonimato y por el contrario se presenta como un actor que puede ser visto en todo el mundo.

Los ciudadanos actuales, acusan, juzgan y condenan o absuelven en cuestión de segundos a través de la red y con ello crean asociaciones con lazos invisibles pero con identificación plena sobre cualquier causa.

No dudamos que los candidatos a la presente contienda electoral deberán analizar con mucho cuidado el impacto de estos medios de comunicación porque ellos se han convertido en el foro de denuncia de los ciudadanos sin distingo de partido o credo político.

No entramos a considerar en este comentario los elementos que han contribuido a deteriorar el deber o el derecho de los ciudadanos a ejercer el voto, por lo amplio y complejo de este tema, pero si es evidente que el grupo que se haga cargo de la conducción de este país a partir del próximo año enfrenta múltiples problemas de naturaleza social, económica, de infraestructura, pero sobre todo de confianza y credibilidad de parte de los gobernados.