Reconocemos que la expresión “en modo no” no es de nuestro agrado y consideramos que debe ser utilizada lo mínimo en nuestro idioma. Sin embargo, la lengua de los pueblos es un organismo vivo, que se adapta y transforma cada día, bajo la influencia de otros idiomas o por la necesidad de facilitar y hacer más comprensible la comunicación cotidiana, de ahí que terminemos adoptando términos extranjeros o provenientes de la tecnología como parte de nuestra forma de expresión oral.
En fin…“en modo no” es expresión que significa estar en un estado de negatividad y que le viene bien a un pueblo como el costarricense que cada día lo aplica en detrimento de la necesidad de progreso y el crecimiento que requiere.
La pésima tendencia de nuestra negatividad abarca casi todas las acciones. Veamos por ejemplo en el futbol, deporte donde la Selección Mayor de Costa Rica obtuvo la cadena de resultados más extraordinarios que la llevaron a situarse en la posición número 13 del Ranking de la FIFA y como una de las ocho mejores selecciones del Mundial que se llevó a cabo en Brasil.
Todo estaba muy bien, disfrutábamos de las mieles de ese triunfo creyendo que duraría mucho, pero de pronto “en modo no” surgió como resultado de factores tales como romper con un entrenador de mano férrea, pero que daba resultados; entrar en un amplio proceso de indecisiones para nombrar un técnico nacional o extranjero que mantuviera el prestigio logrado en Brasil y al mismo tiempo, con la capacidad para descubrir y pulir los nuevos jugadores que demanda la Selección, como resultado del cambio generacional.
“En modo no” se desenvuelve en nuestro campeonato local de futbol, donde hoy un equipo juega un partidazo y al siguiente sufre una derrota estrepitosa o que cuando la Selección requiere de las figuras de estos equipos, por cálculo deportivo o comercial se le niegan, con el consiguiente resultado de que se llega a los fogueos internacionales con muy poca preparación.
Podríamos continuar abundando en el estado “en modo no” y caeríamos en la cuenta que queremos el progreso, pero extrañamente los representantes del Gobierno, la Asamblea Legislativa, los Sindicatos y demás grupos organizados asumen una posición negativa.
Queremos tener un megapuerto que nos haga competitivos, pero al mismo tiempo mantenemos las viejas estructuras que han convertido la operación de los puertos en Limón en un feudo.
Ansiamos tener carreteras y otras obras de infraestructura eficientes que nos ayuden a agilizar el tránsito, que por su lentitud nos pasa una cara factura que debemos pagar en dólares, pero los dueños de las propiedades las tasan a precio de oro cuando van a ser expropiadas o cuando se trata de mover un asentamiento urbano en precario, ninguna comunidad quiere que los conviertan en sus nuevos vecinos.
“En modo no” quiere el gobierno dejar la libertad de expresión que nos ha caracterizado ante el mundo como un pueblo democrático, al pretender establecer leyes mordaza y aplicando sanciones absurdas ante faltas igualmente absurdas, pero que en el fondo buscan evitar que el pueblo se exprese, cuestione y juzgue, cuando hoy y como nunca en el pasado, las redes sociales y los medios para comunicarse hacen que los ciudadanos puedan expresarse a toda hora, en cualquier lugar y sobre todo sin limitaciones.
Con medidas como éstas comienzan los procesos para atentar contra la libertad de expresión que han llevado a pueblos como Corea del Norte, Cuba y China a vivir ignorantes de la realidad que los rodea, tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Un enorme “en modo no” también mantiene a algunos pueblos del Oriente y Asia inmersos en fundamentalismos basados en aspectos religiosos, económicos y raciales que cobran miles de muertes y los sumen en el oscurantismo, en momentos en que como sociedad global deberíamos ser más racionales.