La revista internacional Nature Geoscience, componente especializado de la revista Nature, publicó en su versión impresa, los resultados de la investigación de más de una década de registro y del proceso de subducción bajo la península de Nicoya, así como el establecimiento de una densa red de instrumentación de monitoreo geodinámico que permitió a un consorcio internacional de científicos, no solo capturar el terremoto de Nicoya del 5 de septiembre del 2012, sino anticipar la zona de ruptura del mismo.
Marino Protti, científico del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica de la Universidad Nacional (OVSICORI-UNA), indicó que en el artículo de Nature Geoscience, los investigadores presentan el detalle de cómo se dio la ruptura en la falla y los efectos que ésta tuvo en la deformación de la península de Nicoya. Además que una porción de la falla que se había identificado costa afuera con alto potencial de deslizamiento, no presentó deslizamiento durante el terremoto.
“La publicación de estos resultados en tan prestigiosa revista representa un reconocimiento a la labor realizada por el OVSICORI-UNA y sus aliados internacionales en el aporte al mundo de nuevo conocimiento sobre los procesos generadores de los más grandes terremotos del planeta”, aseveró.
El artículo científico liderado por los sismólogos nacionales Marino Protti y Víctor González, junto a Andrew Newman, Timothy Dixon, Susan Schwartz, Jeffrey S. Marshall, Lujia Feng, Jacob I. Walter, Rocco Malservisi y Susan E. Owen, resalta que el terremoto de Nicoya del 2012 ha sido el terremoto de subducción mejor registrado en la historia de la sismología.
“Aprovechando la condición especial de la península de Nicoya, al ser uno de los pocos lugares en el mundo en los que se puede instrumentar, a bajo costo, directamente sobre la zona de ruptura de grandes terremotos de subducción, este grupo de científicos lograron, antes del terremoto, identificar las porciones de la falla con mayor potencial de deslizamiento en un futuro”, comentó Protti.
Explicó que para el estudio detallado se utilizaron principalmente los sistemas globales de posicionamiento (GPS), cuyos resultados se publicaron en la revista Journal of Geophysical Research en mayo del 2012.