Guardaparques insisten:
En estos días es común observar a las mascotas, en particular perros, acompañar a sus amos en el asiento de pasajeros del vehículo a distintos lugares. Sin embargo, a la hora de visitar un área silvestre protegida, tales planes deben cambiar, ya que en estas zonas se prohíbe el ingreso a las mascotas.
Según establece la normativa (artículo 8, inciso 9, de la Ley 6084 del Servicio de Parques Nacionales), dentro de los parques nacionales queda prohibido a los visitantes introducir animales o plantas exóticas.
Asimismo, desde el punto de vista veterinario, tanto las mascotas como las especies silvestres podrían exponerse a lesiones o al contagio de enfermedades, ya sea por agresiones entre ambas especies o bien porque la mascota, en este caso el perro, no lleve un control médico y transmita enfermedades a las especies silvestres.
Mascotas en casa
Johan Martínez, funcionario del Área de Conservación Guanacaste, destacado en el sector Santa Rosa y egresado de la Universidad Nacional (UNA), comentó que los visitantes que frecuentan un área protegida deben acatar una serie de regulaciones, establecidas por ley de la República, en aras de conservar el estado natural de los ecosistemas; es por ello que los guardaparques deben vigilar el ingreso de las especies domésticas a estas áreas.
Hizo énfasis en que la mayoría de las mascotas tienen un comportamiento muy distinto al de las especies silvestres. Además, al no conocerse el tipo de atención que recibe la mascota en los hogares, se podría propagar una serie de microorganismos no compatibles con la vida silvestre. “Este tipo de circunstancias provoca que la misma relación del animal doméstico con el ser humano incida en el desarrollo de ciertas enfermedades u otro tipo de patología que afectaría a un animal en vida silvestre”, acotó.
Mauricio Jiménez, veterinario de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional indicó que en el caso de mascotas con un manejo veterinario adecuado el riesgo disminuye. El problema radica en que muchas personas no aplican la tenencia responsable; es decir, mantener las vacunas al día, desparasitar con frecuencia y asegurar que su piel esté sana.
Destacó que si las mascotas no están sanas, algunas especies silvestres se afectarían por una serie de enfermedades de los perros como las parasitarias, virales, bacterianas e incluso algunos tipos de sarna. “Esto provocaría una diseminación de enfermedades, repercutiendo en una posible caída de determinada población silvestre”, agregó. Además, destacó que los ladridos del perro y la orina podría alterar demarcaciones de terreno y romper el equilibrio ecológico de las especies silvestres en las zonas protegidas.