OPINIÓN
Don Manuel Fennell Chavarría conocido como don Melico. Nació en Palmares un 2 de diciembre de 1915, se crio en Cabecera de Cañas, emigraron a Tilarán. Al cumplir los 10 años de edad, su familia se estableció en Las Juntas de Abangares. Cuando alcanzó la mayoría de edad, se va en busca de trabajo a La Sierra de Abangares, laborando a través de 8 años con la Compañía Abangares Gold Field, procesando “lamas”. Queriendo cambiar de aires se va a trabajar a la zona bananera regando químicos contra el “sigatoka”, también laboró de operador de andariveles, transportando bananos en Palmar sur. Muy inquieto, se traslada de nuevo a La Sierra de Abangares a ocuparse con la Compañía Minera hasta que esta se va de la zona.
De nuevo en Las Juntas de Abangares, labora en: el cuido de la red eléctrica. en el Aserradero de Juan Bonilla, en el taller de Betty Salazar; laboró en el taller de radio en Puntarenas. Por las diversas tareas que ejecutó, podemos decir que fue Polifacético.
La empresa del ICE vio en él gran potencial en conocimientos de electricidad, dándole el cargo de “liniero”. Por motivos especiales más adelante, casi obligado se acogió a la pensión por invalidez.
Curiosidades.
El papá de don Melico Ernesto Fennell Chamberd , originario de Londres, estuvo al mando de la primera parte de la construcción de la Escuela Delia Oviedo de Acuña.
El terreno de la escuela Delia Oviedo costó ¢35.000.
El cemento marca Alcen, de esa construcción fue traído desde Alemania por petición de la Municipalidad de entonces.
Carpinteros voluntariosos contribuyeron a preparar la madera para el edificio. Los tabiques fueron reforzados con varilla de construcción debido a los fuertes vientos de la zona.
Muchos recuerdos:
Siempre estuvo dispuesto a arreglar, cuanto chunche le llevaban a su casa.
Como si se tratara de un carajillo, se subía en una gran escalera a arreglar el reloj del campanario de la Parroquia; cuando todavía podía andar en bicicleta, recorría las calles, fuera para mandados o por recibir la brisa en el rostro. Le gustaba caminar por las aceras y se paraba para reconocer los que le saludaban, entablando una breve conversación.
Sus hijos: Mario, Elia, Fernando, Gloria, Alicia, Álvaro, Jaime, Edgar, Jorge, Lidia, Fanny, le dieron calidad de vida. En su última etapa, se turnaban para asistirlo.
Lo sacaban en silla de ruedas a pasearlo al parque, disfrutaba muchísimo viendo y oyendo el murmullo de los que estaban en los bancos del parque. Se caracterizó por ser un señor respetuoso, amable, trabajador, ejemplar padre de familia y como ciudadano siempre estuvo dispuesto a colaborar. Por tantos detalles de su vida se le asignó su nombre al parque central de Las Juntas de Abangares, honor muy merecido.
Al frente de la Escuela Delia Oviedo de Acuña sembraron un arbolito de jícaro, en honor a don Melico, él tuvo la dicha de verlo crecer y cada vez que podía se sonreía al verlo…
El reloj del tiempo poco a poco se fue agotando al llegar a casi a los 107 años…se fue en la góndola que lo esperaba más allá del horizonte, donde todo es paz y amor al lado del Señor.
Dora María Quesada Vanegas
Educadora pensionada
Las Juntas de Abangares.