La ruta de los sustos en tres voces femeninas

Lic. Miguel Fajardo Korea
Premio Nacional de Educación Mauro Fernández
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(I PARTE). He tenido la feliz oportunidad de leer las narraciones de las ocho académicas, coautoras del libro “La ruta de los sustos”, a saber: Mayra Aguirre Hernández, Ana Lorena Camacho Camacho, Darinka Grbic Grbic, Olga Guzmán Mora, Gaudy Jiménez Ordóñez, Margot Miranda Rosales, Johana Rodríguez Hernández, Helen Ureña Ureña.

El volumen está integrado por el eje temático que se expresa en la atinada reflexión de las autoras. El título de la obra lo señala con precisión “La ruta de los sustos”. El Diccionario de la Real Academia Española define el sustantivo “ruta” de la siguiente manera: “camino o dirección que se toma para un propósito” (RAE, 2001: 1998). Asimismo, la RAE aduce lo siguiente sobre el sustantivo “susto” “impresión repentina causada por miedo, espanto o pavor. Preocupación por alguna adversidad o daño que se teme” (RAE, 2011: 2115).

Esta vez, he querido realizar una mostración temática de cada producción de todas las autoras que integran este libro. Considero más productivo en bosquejar cada universo de las narradoras, toda vez que así se puede confrontar diversas versiones de algunos textos, que giran sobre el mismo eje temático. En esta primera entrega incluyo a tres autoras.

La puerta de la medianoche queda abierta: usted decide, si apaga la luz, se duerme, a enciende la lámpara, y se pone a leer estas sugestivas narraciones escritas por ocho académicas, sin miedo a los sustos colectivos.

  • Mayra Aguirre Hernández

Niños vestidos de rojo querían robarse a dos niños de una comunidad.

Daniela habla con niños imaginarios, que solo ella ve.

El niño se esconde en una cueva y su familia lo busca.

Las encantadoras enloquecen a dos jóvenes, quienes luego se curan.

Un hermano practica brujería y su otro hermano se desilusiona.

Una niña espera 12 años su regalo de Navidad: una muñeca.

Una niña de 12 años se pierde en una montaña. La envían sola a hacer un mandado a 10 kilómetros de su casa.

Un hombre le corta el rabo a una chancha.  Era una mujer que se convertía.

Carlota ve pasar a un animal negro en las madrugadas, pero no supo qué era, por su vejez.

Juan recuerda los momentos maravillosos en la escuela, cuando ve pasar a los niños a la escuela Las Brisas.

El hombre sin cabeza salía en San Ramón.  Una pareja quiere agarrarlo con una manila, pero nunca lo alcanzan y regresan sin el objetivo.

La mona sale en una casa en Colonia La Libertad de Upala. Rezan el rosario y al quinto día dejó de llegar.

Un hombre ve una sombra que sonríe a medianoche y es un bebé que pregunta por su paaaapiiii, por lo que huye de esa casa.

Gerardo asistió a una fiesta. Se retiró muy tarde de ella. De regreso le sale una mujer, de entre los árboles, vestida de blanco, con el pelo largo, pero su caballo corría tan fuerte que no lo alcanzó.

Rafael visita a la mujer que le gusta en El Jobo.

Dos hermanos deben ir por carbón en horas de la madrugada, pero les da temor que les aparezca la bruja Zárate, pero por temor al castigo del padre, van con miedo.

Una prostituta se confiesa y el sacerdote le dice que continúe con esa vida, sin embargo, después de la confesión, nadie la determina. Una lección aprendida.

Pedrito tiene una pesadilla con su madre, pero se aferra a la oración.

En Semana Santa no se juega fuera de la casa.

A Román no le agrada el ruido de los niños frente a su casa. Los invitó al cementerio a la tumba del Viejo Toledo, donde debían acostarse sobre la bóveda, pero al último de ellos, Federico, se lo llevó al fondo del cementerio y lo dejaron a la deriva.

  • Ana Lorena Camacho

La ironía con su reloj nuevo por no leer las instrucciones, pues activaba alarmas. El niño no las leyó y le jugó una mala pasada.

Una mujer convertida en mona hace ruido sobre el zinc de una casa, donde se encontraba su enamorado, pues estaba dispuesta a crear pánico, en Birmania de Upala.

En una carnicería humana se narra una masacre.  Decide volver al sitio, después de salir de la cárcel, y una tela oscura la cubrió, desde entonces, vaga solitaria por el mundo.

Esmeralda tiene presentimientos negativos. Ve un espectáculo de terror: presencia un asesinato, pero la amenazan, y perdió el habla.

Una hija no tiene consideración por la madre y la desobedece para irse a la calle.  Se le aparece un ser horrendo –águila-, la hace cambiar de actitud y promete no desobedecer.

Un hijo, asesina a su madre, debido a un pacto diabólico.  A las diez de la noche encienden y apagan las luces en esa casa, y se escucha una estruendosa carcajada.

Un joven es malcriado con sus abuelitos, hasta que un día se llevó una gran lección: un pájaro gigante se lo llevó al cielo, y cuando lo regresan, juró que nunca volvería a ser malcriado.

Durante una pijamada en la escuela, una mano velluda asusta a 35 niños y también se va la luz eléctrica.  Todos salieron rápido a esperar a sus padres.

La nueva directora de escuela, trata de matar al búho que anida ahí. Le roció agua bendita al animal y reza un Padre Nuestro.

Un hombre se roba a una chola guanacasteca.  Tienen muchos hijos.  El texto tiene un final trágico.

Una mujer regresa 30 años después de donde fue abusada, pero un día huyó. Salió la conciencia, y le dijo “Qué esperas para volar”.

Juan es perdonado por el jefe de los enanos por ser un hombre bueno.

Él le tenía miedo a la oscuridad y a estar solo.

Pablo llega a visitar a los abuelos en El Silencio, San Vicente de Nicoya, y se va directo a la cantina.  De noche, le sale una chancha con 10 chanchitos: él pretende robárselos, pero están embrujados.  La chancha le sonríe, lo persiguen y lo dejan sin habla, en un puro temblor, durante seis meses. El miedo lo paralizó.

En barrio Pueblo Nuevo, una bruja se enamora del maestro, quien acude al sacerdote en busca de consejos.  Al final, el educador, y el bien, ganan la batalla.

  • Darinka Grbic Grbic (Croacia)

Una voz insólita proviene de los bosques y se lleva el trípode en un camino de agua, por el paso de las sombras de la Llorona,

El Espíritu Creador se aparece en Nandayure donde las hormigas adivinan los buenos y los malos pensamientos.

Un joven que padece de insomnio perseguidor logra ver cómo una carreta sin bueyes choca contra la tapia de un vecino, arrastrada por el mismo diablo.

Ana Julia siente un fuerte temblor en Guanacaste y observa el baile de una silueta negra.  Solo ella observa lo ocurrido, el vecindario no vio nada.

Victoria realiza sus quehaceres hogareños, los cuales se ven interrumpidos por unos hombrecitos barbudos de 30 centímetros, con gorras de colores.

Un sabanero es testigo del fantasma de la sabana, que lo asusta a él y al toro, ambos se refugian en el corral.

Ramón es acosado por una sombra oscura y transparente, con cabellos largos, cara seca, triste, inexpresiva e intimidante.

Varios jóvenes son asustados en la Cuesta del Plátano por una sombra negra que les invade su espacio de recreación.

En las miradas se presenta la metamorfosis de un ciervo en tigre.

El abuelo Alejandro y su caballo Intrépido regresan a Cañas, para acortar distancia deciden pasar por el cementerio solitario y oscuro, entonces, una criatura misteriosa lo llama. El abuelo, con terror, evita el encuentro, y oculta la mirada para evitar el embrujamiento.

El sacerdote Vicente es asustado por una mujer en un camisón largo, blanco, con la cara escondida entre pelos cenizos y cuerpo encorvado. Una vez que reza, huye en su viejo pickup Saveiro.

David intenta encender el interruptor y una mano peluda, con uñas alargadas roza con la suya. Cuando enciende la lámpara, comprueba que no había nadie.

Alfredo visita a su novia en un lugar alejado.  Durante una medianoche observa una procesión de espectros que se mueven con candelas, cruces y cánticos. Él se aleja para evitar tan desagradable encuentro.

María del Mar va a la playa y encuentra una tinaja.  De inmediato, todo se mueve espantosamente: mar, viento, arena.  Escucha una voz que pide auxilio: la princesa Nosara. María se da cuenta de que la tinaja no le pertenece a ella, sino a la princesa y la devuelve donde la encontró.

Margarita realiza una visita al cementerio en Semana Santa.

Mientras descansa, un joven le ofrece ayuda.  Cuando llega al cementerio ante la tumba de su esposo, agradece la ayuda del joven, pero se percata de que no hay nadie.

Al abuelo Luis Fernando le gusta contar anécdotas a sus nietos. Narra que, en la casa, frente al corral, asustaban, pues se veía que intercambiaban luces, se escuchaba voces y risas.  Recomienda no ir ahí.

Un grupo de jóvenes festeja bajo la luna llena. De pronto, hay un apagón. Escuchan un sonido espantoso de garras que arañan el zinc.

A un hombre que le gustaba despilfarrar el dinero en guaro, fiestas, topes y mujeres se la apareció un espanto azulado que arrojaba gruñidos y chispas.

Juan oye música en la cochera. Escuchaba un ruido en su casa.  Pretende entrar, pero se rozó con otro ser, áspero, fuerte, de pelos parados y uñas alargadas.

Mariángel escucha un ruido y ve luces saltarinas.  Acude y cierra la puerta con doble llavín, pero la puerta sigue abierta.