Las nuevas generaciones de trabajadores (as) de la pesca artesanal lanzaron un llamado de atención para que su voz sea tomada en cuenta en los procesos de toma de decisiones cuando se adoptan políticas públicas en relación con los temas marinos, durante una reunión celebrada en la comunidad de Tárcoles.
El encuentro, denominado “juventud y pesca artesanal: empoderando a las nuevas generaciones de trabajadores (as) de pesca de pequeña escala de Costa Rica”, convocó a organizaciones de las islas del Golfo de Nicoya, Puntarenas, Tárcoles, la Zona Sur (Puntarenitas, Dominicalito y Zancudo) y delegados de la región del Caribe.
De acuerdo con Ivannia Ayales de CoopeSolidar, R.L el propósito es “abrir un espacio de discusión a jóvenes (hombres y mujeres) pescadores artesanales de comunidades marino costeras, en relación con los temas de pesca artesanal, retos y oportunidades de desarrollo; así como su identidad y cultura de la pesca artesanal”.
Añadió que “Es necesario resaltar la importancia económica y cultural existente alrededor de la pesca artesanal; además, conocer los principales retos y oportunidades que observan y preocupan a los jóvenes trabajadores (as) de la pesca artesanal de Costa Rica”
Campos de trabajo
En la actualidad en Costa Rica funcionan Areas Marinas de Pesca Responsable que poseen Planes de Ordenamiento y el reconocimiento oficial del Estado en: Palito-Montero (Isla Chira), Golfo Dulce, Tárcoles, Isla Caballo, Níspero, San Juanillo, La Florida, Isla Venado, Paquera y Costa de Pájaros.
Los jóvenes que laboran en comunidades costeras donde la población se dedica a la pesca en pequeña escala se enfrentan a grandes retos como la falta de oportunidades, pocas opciones educativas, amenazas del narcotráfico y un modelo de desarrollo que cada día los agobia más por temas como la falta de crédito para el desarrollo de actividades rentables que les permitan mejorar el nivel de vida.
Los datos de la FAO señalan que la pesca artesanal representa más de la mitad de la producción mundial de captura en aguas marinas y continentales y se destina en su mayor parte al consumo humano directo.
Además, brinda empleo a más del 90 por ciento de los 35 millones de pescadores de captura del mundo y sostiene a otros 84 millones de trabajadores en la transformación, distribución y comercialización de la captura.