Un conjunto de 250 especies de flora y fauna, algunas de ellas en peligro de extinción gozan de protección desde el 13 de diciembre del 2013 en que se estableció, mediante el Decreto Ejecutivo Nº 37993-MINAE el Refugio Nacional de Vida Silvestre Privado en la finca que posee la cadena de hoteles RIU en la serranía costera de Matapalo.
Este espacio natural protegido de 200 hectáreas tiene alto valor para la biodiversidad de Guanacaste y fue inaugurado oficialmente por representantes de esa empresa hotelera el 16 de enero. Como parte de su riqueza cuenta concretamente con 140 especies de plantas, entre las que se incluyen árboles de maderas preciosas como el caoba, el cachimbo y el laurel negro, que están en peligro de extinción, y 10 especies de orquídeas.
También es el hábitat de más de 80 de aves residentes y migratorias; unas 30 especies de mamíferos dentro de la que figuran doce especies de murciélagos y más de 10 especies de reptiles, según detalla el biólogo Gerardo Barboza Jiménez, de la Fundación para el Equilibrio entre la Conservación y el Desarrollo (FUNDECODES), quien ha realizado la investigación de campo, así como el Plan de Manejo.
“Para la cadenas de Hoteles RIU es de suma satisfacción que el Sistema Nacional de Áreas de Conservación del país (SINAC) aprobara la propuesta de la compañía para crear este Refugio, que tiene como objetivo proteger, conservar y gestionar los ecosistemas que engloba, por un periodo de 10 años prorrogables”, indicó Catalina Alemany, directora de Responsabilidad Social Corporativa de RIU Hotels. “Gracias a este importante proyecto, RIU da un paso más en su Plan de RSC que contempla diversos proyectos de protección de la biodiversidad en las comunidades en las que opera”, añadió.
La finca forma parte del Corredor Biológico Chorotega y con ello favorece la conectividad biológica entre Áreas Silvestres Protegidas del país en la región. Tiene un alto valor ambiental, económico y social, y cumple con varios de los objetivos nacionales de conservación, como el interés paisajístico, la protección de la biodiversidad, el equilibrio hídrico local y la función de ser sumidero de carbono.
Gracias a esta función y a los esfuerzos realizados por RIU para reducir sus consumos energéticos, la compañía podría aspirar a alcanzar el balance neutro de emisiones de carbono para el año 2015.
El esfuerzo de conservación que realiza RIU está alineado con los objetivos de conservación del Estado costarricense, por medio de un modelo de alianza entre el sector privado y el SINAC. Se trata de una importante aportación a la conservación del patrimonio natural de Costa Rica, en el Cantón Carrillo.