Cada 25 de julio, al calor de la celebración de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica, renace en el pueblo costarricense y en particular en el guanacasteco la alegría, el patriotismo y las buenas intenciones con el propósito de lograr que Guanacaste sea una provincia desarrollada, con buenas oportunidades de empleo, de vivienda y educación.
Sin embargo, pasada la euforia de los desfiles, los bailes típicos, la música de marimba y las celebraciones de las sesiones del Consejo de Gobierno y la sesión extraordinaria del Concejo Municipal de Nicoya, las buenas intenciones y el entusiasmo que despiertan las iniciativas contenidas en los decretos se disipan y de nuevo, solo quedan las esperanzas de que al final algo se ejecute.
En materia de agua, existen en la actualidad problemas muy serios en varios cantones, uno de ellos es el agua contaminada con arsénico en Cañas y Bagaces, al que parece que se le ha prestado atención, pero no se ha pasado a la acción para eliminar de una vez por todas y de manera definitiva este problema, que de no detenerse podría afectar aún más seriamente la salud de muchos guanacastecos.
Otro problema, y es doloroso reconocerlo, hay cientos de hogares que se abastecen de agua de pozos artesanales, mismos que no garantizan la potabilidad de ese líquido vital y es poco lo que se hace para que estas familias tengan acceso a este servicio esencial, al menos mediante un sencillo acueducto.
La amenaza de una sequía severa, que desató un clamor general sobre la necesidad de que se diera una declaratoria de emergencia, pareciera que ahora no es tan necesaria por la presencia de lluvias en las últimas semanas, que han permitido aliviar la crítica situación que enfrentaba la agricultura y la ganadería.
El proyecto “Agua para Guanacaste” que tantas expectativas despertó como solución para aprovechar el agua que se escapa al mar y aliviar las necesidades de los pueblos costeros y los desarrollos turísticos al parecer sigue sin arrancar o las acciones que se adoptan para hacerlo en realidad son poco efectivas.
En cuanto a vías de comunicación, hay que reconocer que hay avances importantes en algunos sectores, gracias a la reconstrucción de vías importantes para acceder a las playas y lugares de interés turístico, pero a la vez hay un notorio rezago en cuanto al buen estado de las calles urbanas y caminos secundarios, sobre los cuales las municipalidades tienen responsabilidad de mantenerlos en óptimas condiciones.
Continuando con la deuda que se mantiene en materia de obras de infraestructura, es sorprendente la desatención del Puente de la Amistad, acerca del cual los ingenieros del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (LANMAME) detectaron “un grave deterioro” en la junta de expansión que une las dos secciones del puente, así como acero expuesto, deterioro en el concreto, problemas de fatiga en elementos metálicos, abandono de la zona que da acceso a los anclajes que permiten darle mantenimiento al puente y otros problemas que podrían “ser producto de los fuertes sismos que se han presentado en la zona”, además hay componentes que no han sido reparados como las barandas de protección y el concreto que une ciertas secciones”.
También, se comprobó que los antisociales se están robando las piezas de metal del puente, lo que podría poner en peligro la seguridad de los peatones y usuarios.
Creemos que debe ser el Gobierno Central a través de sus instituciones el encargado de velar porque esta obra de infraestructura, que no le costó nada al pueblo de Costa Rica por tratarse de una donación del Gobierno de Taiwán, se mantenga.
Un solo factor que impida el paso por el Puente de la Amistad, obligará como en el pasado, que para llegar a las poblaciones del denominado “Cono sur” de la península de Nicoya se tenga que realizarse el recorrido por Liberia, ya que ahora no existe ni siquiera un ferry que haga el servicio.