Comprar obras tridimensionales

La decisión de comprar una obra de arte tridimensional debe comenzar por indagar un poco en la diversidad de opciones disponibles en el mercado mundial y para eso es importante definir que es una obra tridimensional y los tipos de obras tridimensionales.

¿Qué es una obra tridimensional?

Una obra tridimensional es aquella obra que se puede medir, como su nombre lo dice, en tres dimensiones: alto, ancho y profundidad.

¿Qué tipos de obras tridimensionales existen?

Las obras tridimensionales suelen ser talladas de alguna pieza de madera, piedra, metal, algún polímero u otro material que permite ser devastado con herramientas que logren transformar su forma original en una nueva, que el artista haya ideado.

Otras pueden ser construidas al deformar materiales, como puede ser alambre, cables, hilos de diferentes grosores. También pueden ser formadas por varias piezas de múltiples materiales, y en muchos casos materiales recuperados de desechos. Existe un grupo adicional que es formado por materiales que se han calentado para que lleguen a un estado líquido o semi-líquido para luego poder moldearlos mientras se enfrían y se endurecen.

Y definitivamente cualquier otra obra que simplemente cumpla con las tres dimensiones.

¿Cómo elegir la mejor obra tridimensional para el espacio que deseamos llenar?

Al igual que en el caso de las obras bidimensionales, que generalmente van colgadas en una pared, el tamaño, la composición, el color y el estilo son parte de los detalles que se deben analizar antes de realizar la compra.

Las obras tridimensionales suelen verse diferentes en el lugar en el que se desean colocar, esto se debe generalmente por el tipo de iluminación, la cercanía de los objetos que se encuentran en su entorno, así como los colores del lugar.

Es importante preguntar al artista que realizó la obra o a la galería que vendió la obra, el tipo de iluminación que debe llevar la pieza. La iluminación puede ser indirecta o directa, superior o inferior, y todo depende de lo que desea resaltar de dicha obra.

Tanto las obras figurativas como las abstractas necesitan que la iluminación pueda reafirmar sus dimensiones volumétricas. En algunos casos este tipo de piezas tienen un punto focal en el que el artista desea que el espectador comience el recorrido visual y que lo lleve, a partir de allí, a recorrer el resto de la obra, y para eso también es importante la iluminación.

El tamaño de la obra, si importa, y mucho, ya que el espacio alrededor y sobre la obra es determinante para que este resalte en su entorno. En muchos casos lo que se busca es que la obra tridimensional sea la protagonista del espacio, que llame la atención al entrar al recinto o espacio donde está colocada, que enaltezca ese lugar, más allá de la belleza.

El estilo y color de la pieza también son importantes, y aquí no hay una recomendación que sirva para todos los casos, porque dependen de muchos factores, en algunos casos el contraste de estilos y colores entre la obra y su entorno puede llegar a ser clave para el realce de la pieza, en otros casos la fusión tanto de colores como de estilos entre la obra y el espacio donde se coloca pueden llegar a armonizar de tal forma que la obra tridimensional termine de armar ese espacio físico.

Por último, pero no menos importante, es el gusto del nuevo dueño de la pieza, ya que la va a ver con frecuencia en ese espacio que preparó para colocar la obra.

Heriberto Gomes

www.hegogart.com