Una encuesta publicada el 31 de mayo por el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO-UNA) indica que un 68% de los costarricenses tiene una buena percepción sobre la gestión del presidente Rodrigo Chaves en sus primeros 23 días de gobierno.
Esto significa que casi 7 de cada 10 costarricenses tienen expectativas buenas hacia el nuevo gobierno y exponen como principales razones la esperanza de un cambio positivo y las ideas expresadas por Chaves Robles durante la campaña.
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Al reflexionar sobre este estudio, la primera conclusión que cabe señalar es que el deseo de los electores de lograr un cambio en la forma de hacer política y la manera de gobernar, lejos del bipartidismo y como respuesta a veinte años del Partido Acción Ciudadana (PAC) ha comenzado a dar sus resultados.
Por supuesto que será la historia la que se encargue de valorar el papel jugado por el bipartidismo (Liberación Nacional / Unidad Socialcristiana) y el PAC también abanderado del cambio en las últimas décadas, porque ahora los árboles no permiten una clara visión sobre el bosque.
Volviendo a los resultados de la encuesta resulta esperanzador que el Presidente Chaves y su equipo despierten una buena percepción en la ciudadanía y confiamos que el conocido estribillo de “toda escoba nueva barre bien” sea un impulso para continuar con una buena labor en los 47 meses que restan de este período de gobierno. Más claro, que barran bien y no se les “paren en la escoba” como decía el expresidente Jose Figueres Ferrer.
Esta administración tendrá que navegar en un mar tormentoso, caracterizado por complejos fenómenos económicos internos como externos, de salud, derivados de raras enfermedades e incluso enfrentar un deterioro sostenido de nuestra infraestructura, motivada por fenómenos naturales asociados al cambio climático.
A pocas semanas de haber iniciado la temporada lluviosa, los efectos secundarios del primer huracán de la época nos dejan un doloroso saldo de carreteras cerradas, puentes destruidos y pérdida de viviendas en las márgenes de los ríos, entre otros.
El panorama no es halagüeño para el país y lo conforman entre otros problemas el aumento de la inflación, devaluación de la moneda, escalada de precios en artículos de primera necesidad, aumento de los precios de los combustibles y materias primas, derivados del conflicto Rusia – Ucrania y más recientemente el ataque de los piratas cibernéticos que ponen a nuestras instituciones en grave riesgo.
Sin duda requerirá del Poder Ejecutivo y aún más de la Asamblea Legislativa trabajar en forma armoniosa para enfrentar tanto estas variables negativas de carácter económico, así como las de índole social tales como la pobreza, desempleo, alto índice de criminalidad, influencia cada vez más poderosa del narcotráfico e incluso restaurar la calidad de nuestra educación.
Apostamos por un cambio, ahora ese cambio ha comenzado bien y es tarea de todos luchar y trabajar para que se mantenga.